lunes, 12 de mayo de 2008

FECUNDACIÓN EMBARAZO Y PARTO

El inicio de la vida se comienza para el humano mucho antes del nacimiento. La vida se origina en la unión del óvulo y el espermatozoide.
Los espermatozoides se desarrollan por meiosis en los tubulos enrollados de los testículos y son transportados a otra parte de los mismos para su almacenamiento. El semen es el producto de las vesículas seminales, la próstata y las estructuras accesorias, y este es el fluido que sirve de medio y transporte para los espermatozoides. Al ser expulsados los espermatozoide van de los testículos a los conductos espermaticos donde se unen al semen y salen del cuerpo a través de la uretra, si no se expulsan, los espermatozoides gradualmente mueren y son eliminados por ciertos tejidos de los testículos.
El espermatozoide, que tiene la forma de un renacuajo, es una de las células mas pequeñas del cuerpo, pues mide 1/600 de pulgada desde la cabeza hasta la punte de la cola y mucho mas activo que el óvulo.
Los espermatozoides se producen a un ritmo de varios cientos de millones al día. Una eyaculación contiene cerca de 500 millones de células espermáticas; para que se produzca la fertilización por lo menos 20 millones de dichas células deben entrar a la vez al cuerpo de la mujer.
En la mujer los órganos que producen los óvulos son los ovarios. Cada óvulo se desarrolla en una pequeña estructura en forma de saco denominado folículo. A medida que el óvulo crece, el folículo se hace mas grande y se llena con un liquido. Cuando el óvulo esta listo para la fecundación el folículo se rompe y el óvulo es expulsado con el liquido; este proceso se conoce como ovulación.
Después que el óvulo deja el ovario cae dentro del oviducto. Este es un conducto que se extiende desde cerca del ovario hasta el útero.
Si los espermatozoides han sido depositados en la vagina, se mueven libremente a través del útero y dentro del oviducto. Es allí donde la célula espermática encuentra al óvulo y tiene lugar la fecundación que es la unión de un espermatozoide con un óvulo maduro para formar el huevo o cigote
Los espermatozoides mantienen su capacidad para fertilizar un huevo por un lapso de 24 a 48 horas, el óvulo puede ser fertilizado durante 24 horas aproximadamente.
Si esto no ocurre la célula espermática es devorada por los glóbulos blancos en el cuerpo de la mujer y el huevo pasa a través del útero y sale por la vagina.
Los embriones humanos, al igual que otros mamíferos placentarios, desarrollan una serie de membranas circundantes similares a las que se forman en los huevos de los reptiles. En el embrión humano, el corion rodea el embrión y todas las membranas. Sin embargo, durante el desarrollo humano, muchas proyecciones muy finas, en forma de dedo, crecen a partir de la superficie externa del corion hacia los tejidos blandos del útero.
Estas proyecciones y la parte del útero con la cual ellas entran en contacto forman la placenta.
En la placenta, los sistemas circulatorios del embrión y de la madre están situados suficientemente cerca como para permitir un intercambio de oxigeno, de dióxido de carbono, de nutrientes y materiales de desechos disueltos. Vasos sanguíneos del sistema circulatorio materno irrigan el tejido interno de la placenta. Una parte del sistema sanguíneo embrionario fluye a través de la porción del corion que forma la placenta. Sin embargo los dos sistemas están separados y el intercambio de un sistema a otro tiene lugar por difusión. En condiciones normales no hay nunca un flujo directo de sangre entre la madre y el embrión.
Próxima al corion esta una membrana, el amnios, que rodea el embrión mismo. Esta membrana esta llena de liquido, que baña completamente al embrión para mantenerlo húmedo y protegerlo de los movimientos bruscos.
El alantoides en el embrión se desarrolla a partir del tracto digestivo, junto con el corion, el alantoides se pone en contacto con los tejidos suaves del útero y contribuyen con vasos sanguíneos a la formación de la porción embrionaria de la placenta.
Durante la primera semana del desarrollo, la difusión de materiales hacia adentro y hacia fuera de la placenta tiene lugar a través de toda la superficie del embrión. Más tarde los bordes del amnios se juntan formando el cordón umbilical. Los vasos sanguíneos que transportan los materiales disueltos entre el embrión y la placenta están concentrados en el tubo del cordón umbilical.
El nuevo ser en formación está constituido por 46 cromosomas, 23 cromosomas aportados por cada padre. Los cromosomas contienen la información genética que dará las características al huevo fertilizado.
El ADN contenido en los genes posee la información que determina la composición de cada célula del cuerpo que realizará funciones específicas y únicas de acuerdo con el individuo.
Durante las dos primeras semanas (estadio germinal) el organismo va volviéndose más complejo. En las primeras 36 horas siguientes a la fecundación, la célula llamada cigoto, comienza un periodo de división celular rápida, a las 72 horas se ha dividido en 32 células y un día más tarde en 70. mientras se esta dividiendo, el cigoto, se va desplazando desde la trompa.
A pesar de que el embrión humano en dos semanas es solo un disco aplanado, a los dos meses ya tiene casi todos sus órganos en forma rudimentaria. El encéfalo y la médula aparecen entre los primeros. A partir de la tercera semana, el ectodermo forma una gruesa capa de células llamada placa neural. El centro de la misma se hunde formando un canal llamado surco neural, y los bordes levantados forman los pliegues neurales que se acercan por la parte anterior. Gradualmente esos extremos se reúnen y resulta el tubo neural. La cavidad anterior de este tubo se convierte en los ventrículos cerebrales, y la cavidad posterior se extenderá a lo largo de la médula. La porción anterior del tubo neural, se hace mayor que la porción posterior, su crecimiento sigue con tanta rapidez que la región encefálica se inclina hacia abajo a nivel del extremo anterior del disco embrionario. A la quinta semana están preformadas todas las regiones encefálicas, prosencéfalo, mesencéfalo y telencéfalo, o cerebros anteriores, medio y posterior respectivamente, dos semanas después empieza a sobresalir las proyecciones que darán lugar a los grandes hemisferios cerebrales.
Los diferentes nervios motores, encefálicos y medulares, se extienden a partir de esos orígenes a diferencia de los nervios sensitivos. Los pliegues neurales se han unido para formar el tubo neural, unas porciones de tejidos nerviosos conocidas como crestas neurales, quedan a cada lado del mismo. Estas prolongaciones se extienden hacia abajo desde su posición original y forman los ganglios de las raíces posteriores de los nervios raquídeos y las neuronas simpáticas post-ganglionales.
De las células sensitivas de los ganglios de las raíces posteriores salen dendritas a los órganos de los sentidos y axones de la medula espinal.
Otras células de crestas neurales emigran y forman las células medulares de las glándulas suprarrenales, de las células de la vaina del neurilema de las neuronas periféricas y otras estructuras.
En las paredes laterales del procencéfalo aparece un par de protusiones en forma de saco, las vesículas ópticas y crecen lateralmente. La base de la vesícula se constriñe convirtiéndose en el nervio óptico.
El paso del disco plano del embrión a la forma aproximadamente cilíndrica se consigue por medio de tres mecanismos.
1. Crecimiento del disco embrionario más rápido que el tejido circundante.
2. El plegado de ese disco especialmente en los extremos anterior y posterior.
3. La construcción de la pared corporal neutral para formar el futuro cordón umbilical y separar el embrión propiamente dicho de las paredes extraembrionarias. Adicionalmente, el cuerpo empieza a separarse en cabeza y tronco y aparecen los apéndices pectoral y pélvico.
Mientras el embrión es un disco plano, toda la superficie anterior esta abierta al saco vitelino. A medida que se pliega la pared corporal se separan del saco vitelino un intestino anterior y otro posterior (que luego formarán el tubo digestivo) pero permanecen conectados a él por el tallo vitelino. Con el crecimiento y plegados sucesivos del feto, el amnios, que ha crecido paralelamente, lo envuelve y lo encierra con comprensión de los tallos vitelinos y corporal en un solo tubo cilíndrico que será el cordón umbilical. Esto ocurre a las cuatro semanas de evolución lo que permite que el embrión flote libremente en la cavidad amniótica.
A las seis semanas el embrión tiene una longitud de unos 12 milímetros, la cabeza comienza a destacarse, así como las extremidades, pero todavía se encuentran presentes la cola y las branquias.
A los dos meses, la cara ya ofrece vestigio de lo que serán ojos, oídos y nariz y comienzan a diferenciarse los dedos.
Durante el tercer mes comienzan a formarse las uñas y ya pueden distinguirse el sexo del feto.
Al contrario de otros órganos fetales que se desarrollan sin tener que funcionar en la etapa embrionaria, el corazón y el sistema circulatorio deben funcionar al ritmo de la evolución. El corazón es al principio un simple tubo por fusión de dos delicados conductos debajo de la cabeza en desarrollo. Debido a que este tubo crece con más rapidez que los puntos donde esta conectado por delante y por detrás, forzosamente tiene que abultarse por uno de los dos lados. En estas condiciones el ventrículo se desvía en forma de S. El corazón embrionario es un órgano con una sola cavidad. La segmentación del corazón en cuatro cámaras comienza pronto, los dos ventrículos están por completo separados al finalizar el segundo mes. Las aurículas están parcialmente separadas durante todo el período intrauterino, pero la separación no es completa hasta después del nacimiento una vez que el agujero oval queda finalmente ocluido.
Muchos órganos internos están aproximadamente en su lugar de manera que la evolución durante los siete meses siguientes consistirá especialmente en un aumento de tamaño y perfeccionamiento de pequeños detalles de estructuras.
El periodo de gestación humana es normalmente 280 días. Pueden sobrevivir niños nacidos de 28 a 45 semanas después del último período menstrual.

El mecanismo del parto comienza como una sucesión prolongada de contracciones involuntarias del útero. Cuenta con tres fases: la primera que dura aproximadamente doce horas, las contracciones uterinas rechazan al feto hacia el cuello de la matriz el cual se va dilatando. Al final de esta fase suele romperse el amnios, con lo cual sale el líquido amniótico al exterior. Durante la segunda fase que dura normalmente entre 20 minutos y un una hora, el feto pasa por el cuello de la matriz y la vagina. El feto es expulsado del útero por las fuerzas combinadas de las contracciones de los músculos de las paredes abdominales.
En la última fase del parto, de aproximadamente 10 a 15 minutos después del nacimiento la placenta y membranas se desprenden del revestimiento uterino y son expulsadas por otra serie de contracciones.
Después del parto el tamaño del útero disminuye y su mucosa se restablece con rapidez.

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